sábado, 10 de abril de 2010

Las hojas del tiempo

Este post tal vez os resulte un tanto friki, pero puede que valga la pena... Vereis, cada vez son más abundantes entre mi círculo amistoso las "filosofadas", empezamos a hablar de la vida y de esas cosas, que quien nos oiga dirá: "¿y estos viejales qué dicen?". Pues no, de viejales nada, lo que nos pasa es que somos conscientes de lo rápido que pasa el tiempo, de que en cuestión de un año y medio la mayoría estaremos en la universidad, somos conscientes de lo rápido que se caen las hojas.
Os pongo en situación, pensad que sois un árbol, un pequeño y precioso arbolito con chupete que aún no tiene un tronco fuerte como para saber seguir solo, y necesita ser ayudado por sus tutores (aclaración: un tutor es el "palo" de madera al que se ata un árbol pequeño para que crezca recto), cuando el árbolito ya es un poco mayorcito, ya no depende de sus tutores, pero aún no tiene el tronco bien formado, debe madurar con el sol y el agua. Despues llegan las hojitas, algunos árboles tienen más, otros menos, algunas son fuertes y están siempre con él, otras se acaban marchitando. Durante la primavera, este árbol aprende y convive con sus hojitas, tanto con las buenas como con las no tanto y llega el día en el que el arbolito da un paso más, crece, salen las flores, y su belleza reluce como nunca, está en su mejor momento, nada puede eclipsarlo.

El tiempo pasa, y durante su verano, hay un día en el que llegan los frutos, frutos de todo lo pasado, frutos que, en mayor o menor medida, algún día pasarán por todo lo que el árbol ha pasado, que llegarán a ser como él, o quizás más lejos, quién sabe... Los frutos nacen y maduran con ayuda del árbol, pero un día se ven obligados a dejarlo, aunque al árbol le cueste, deben seguir su senda, y para eso, deben terminar su camino solos.

Llega el otoño, las hojas se secan un poco, se vuelven menos brillantes y tersas, tal vez más secas y arrugadas, al igual que el tronco, pero esto no quiere decir que el árbol aún no sea igual de bello, ahora ya ha pasado muchas cosas, es más maduro, su tronco es más fuerte y ya no le afectan tantas cosas como antes.

Y llega el invierno, el frío invierno, y las hojitas van desapareciendo con el viento helado, sin quererlo, les llegó el momento, deben marcharse. El árbol lo entiende, sabe que el invierno llegaría, sabe que tal vez se ha equivocado, pero no cambiaría nada de lo que ha hecho ni de lo que ha tenido: sus tutores, el sol, el agua, las hojitas, las preciosas flores, sus frutos,... nada.


Al fin y al cabo, como dije en otro post, no distamos tanto de las plantas.


Un besazo corazones!!

2 comentarios:

  1. Éste es, sin duda, el mejor de cuantos as publicado, es la clase de post que mantiene vivo tu blog y que hacen que quien lo lea te vuelva abuscar otro día intentando encontrar otra cosa como ésta, como las hojas del tiempo.

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  2. Vaya, te ha gustado eh... aunque no está a la altura de muchos tuyos, yo no tengo ese nivel del vocablo avanzado de la lengua española, pero se hace lo que se puede, me alegro de que te guste, aunque no se si eres muy.. objetivo.. jeje
    gracias y feliz resto del dia ;) tu me entiendes..

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