miércoles, 27 de octubre de 2010

Quisiera...

Quisiera llorar, reír, salir de fiesta, pasear, cantar, gritar lo que pienso, vivir en Manhattan, estudiar diseño, saber tocar la guitarra, tener una pastelería, comer chocolate a todas horas, estar con mis amigas...

Quisiera vivir, ir a una playa desierta, encontrarme contigo por sorpresa, conocer a Ricky Rubio, cantar con Carmen "Ese hombre" en un karaoke, diseñar con Carolina y Oscar, hablar con Meryl Streep, ser un poco más bajita...

Quisiera ser muy lista, que todo me salga bien, viajar por el mundo contigo, hacer desaparecer a gente, ser la lluvia, ser Maléfica, conocer a Bob Esponja, descubrir al fin si soy pariente de Dora la exploradora, hacer muffins para todo el mundo...

Quisiera tantas cosas, y tantas cosas no tengo, que no me fijo en lo que tengo ante mis ojos (que quisiera que fueran verdes por cierto...)

Pero ante todo quisiera ser valiente para decir lo que realmente quiero...







Buenas noches, dulces sueños, porque al fin y a cabo, soñar aún no cuesta nada...

jueves, 21 de octubre de 2010

¿Siempre?

Una sombra, el aire que te sacude el pelo, un pájaro que sobrevuela tu cabeza,... instantes... momentos... sentimientos tan volátiles como un deseo, tan profundos como heridas, tan maravillosos como la magia...


Me hablas, te contesto, me sonríes, escondo como puedo el color de mi cara, intentas captar mi atención sin saber que siempre estoy pendiente de ti, paso a tu lado intentando verte mirarme, te acercas, suben las pulsaciones, te esquivo, desesperas...


Y vuelves de nuevo a acercarte, me acoges en tus brazos, desbaratas mis resistencias, te acercas más, pierdo el norte, me hablas, reacciono, pongo mi mano en tu cuello, hablo, y de nuevo, nos separamos...


...y vuelves, y me vuelves loca, y te traigo loco, me hablas, contesto...


Ahora quieres,...¿querrás?


Alfa y omega, positivo y negativo, instintivo y calculadora, directo y misteriosa, pasional... dos ases iguales en la misma baraja es trampa... ¿merece la pena hacer lo correcto? No, ya no. Saltarnos las normas...


Siempre la misma ecuación tú, yo y la oscuridad, siempre el mismo resultado, colisión fatal.


Somos a la vez cazador y presa, ambos adictos a algo demasiado peligroso, el uno al otro. Te acercas, no me puedo resistir, viviría pegada a tu cuello, si, como un vampiro, me acerco, no te resistes, ni quieres, parece, vivirías agarrado a mi cintura. Una reacción nuclear, somos tan diferentes y nos necesitamos tanto.


Hoy, mañana...


Olvidemos mi pasado lleno de errores y vacío de ti, olvidemos tu pasado vacío de mi...
Me equivoqué diciéndote que no, te equivocaste olvidando persistir... nuestra dependencia llena de errores...
Me dices una de tus frases, enloquezco, se la dices a otra, los celos arden como veneno...
Te digo te quiero, me miras de esa forma tuya, te ignoro, me buscas, me reclamas...
Te digo te quiero, miento, te necesito...hoy, mañana, siempre...


Te necesito, y no se como puedo necesitar tanto algo que nunca he tenido...


Algo falla, yo se que es, lo de siempre, este mundo maldito que me condena, que te condena, que nos junta y nos deja con las ganas, que nos separa y nos deja morir... ¿Lo arreglaré?¿Lo arreglarás?... el reloj ha comenzado la cuenta atrás, sólo que nosotros decidimos cuando acaba...¿te apuntas?

Siempre cerca, Siempre lejos

¿Siempre?



P.D: Mención especial a mi amiga Caar, que evocaste esta historia y espero haber reflejado con la mayor exactitud posible, gracias por la revisión que le has hecho a la entrada, a ver si ahora están las cosas un poco más claras, te quiero Kuky!

lunes, 4 de octubre de 2010

Jaque a la reina

Érase una vez, en un tablero de ajedrez, un pequeño peón, se quedó enamorado de la gran reina. A simple vista, la reina era una pieza llamativa, central, exitosa, envuelta por un halo de misterio que ella misma ayudaba a crear a su alrededor. Al principio, el pequeño peón renegaba de lo que sentía por la reina, pues pensaba que su amor era imposible, pero tiempo después, la reina y el peón compartieron sus sentimientos. Mientras el resto de figuras se movían a su alrededor, el peón fue acercándose a la reina a medida que ella dictaba sus pasos, y el pequeño peón, ingenuo, no veía la maldad de su manipuladora enamorada. Cuanto más se acercaba a ella, más grande se hacía lo que sentía por ella. Y llegó el día en que el peón llegó al fin junto a su amada reina, la felicidad era mucho mayor que todo el sufrimiento pasado hasta llegar a ella, pero la reina, cansada de su propio juego, en una estrategia inverosímil, expulsó al peón del tablero sin ninguna explicación.

Tiempo después, el alfil preguntó al peón, y después de que la reina te expulsara del tablero, ¿no quieres que te ayude a expulsarla a ella, como debe ser?
-No-, contestó el peón tajantemente, -Algún día la vida me devolverá lo que me ha quitado.
El alfil, no podía comprender como el peón podía haber rechazado hacer jaque a la reina que tanto dolor le había causado.

Y pasaron partidas y partidas, y un día el peón se convirtió en reina, y ansiaba volver a sentir el amor tan grande que llegó a sentir por la antigua reina, aunque no le hubiera sido correspondido. Un día, durante una partida improvisada, un nuevo peón llegó al tablero, el peón parecía tímido, y miraba a la reina con mezcla de interés y miedo. La reina, curiosa, se sintió muy intrigada ante la mirada del nuevo peón, y comenzó a acercarse a él, tratando de conocerle en profundidad. El peón, al principio, titubeaba cada vez que intentaba cruzar una palabra con la reina, pero pasados algunos movimientos, el peón y la reina comenzaron a conocerse más profundamente, y la reina, incrédula, comenzó de nuevo a sentir algo que creía borrado, lo que se siente al ver una de esas miradas tan mágicas, que se me presentan inefables.

Lamentablemente, la partida acabó, y el peón y la reina se separaron sólo guardando aquella mirada tan especial, pero con la seguridad de que volverían a mirarse en otra partida, tal vez antes de lo que ambos pensaban.


Besos a todos