Ya no suena el timbre. La universidad no necesita tales banalidades, se conforma simplemente con miradas aterradoras que se dirigen desde los ojos del profesor interrumpido hacia el alumno que de forma descarada, intencionada o no (la mayoria de las veces hay intención), ha irrumpido en la clase. La mayoría de las veces (por fortuna) no es mi caso (seamos claros, como dice cierta compañera mía cuando hay cola en la copistería y llega tarde a LEAN, "total, ¿qué vamos a interrumpir al profesor?... casi mejor que no vayamos...).
Y si tienes suerte de llegar a tiempo, tomas asiento en una de esas mesas contínuas donde caben aproximadamente doce alumnos, si eres de los míos te sentarás más o menos en la cuarta fila, en el centro, y justo cuando te sientas, justo cuando el frío y el sueño te vencen, oh clases de Francés, la "mademoiselle" que ahora resulta que es "madame", comienza una ronda de preguntas filosóficas y me dice: "bien... Belén, et toi, qu'est-ce que tu veux? qu'est-ce que tu as envie de?" (Translation: "Bien... Belén, ¿y tú? ¿Qué quieres? ¿De qué tienes ganas?)
Toda la clase mira, mi mano que sujetaba cual columna mi frente se desliza ahora por mi mejilla buscando despertarme un poco, los ojos que se me cierran casi sin quererlo, y reparo en que me están preguntando, habrá que contestar....
"Madame.... je seulement ai envie d'une chose... j'ai envie de dormir..." ("Señora... yo sólo quiero una cosa... quiero dormir...)
Lo siguiente que recuerdo es veinte alumnos dándome la razón
domingo, 13 de noviembre de 2011
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Jajajaja. Me ha gustado, me ha gustado. Pero, ¿qué te dijo "madame"?
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